Había una vez un águila de cetrería altiva, fuerte, valiente y cazadora cuyo dueño la lanzó a cazar a una pobre liebre que campeaba en el prado.
Se lanzó contra ella pero como ves no pudo cazarla porque la humilde liebre se aferró a la vida, a su coraje y de un salto se escapó de las garras prensiles y mortales del águila de cetrería.
Moraleja
No porque seas más fuerte, más preparado y más poderoso podrás con tu víctima humilde, débil y sin recursos.
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